domingo, 4 de noviembre de 2007

Un ser extraño


No soy muy fan de los animales marinos, la verdad he sido madre de animales mamíferos, pero ya que mi pareja trajo a esta hermosura estoy aprendiendo a cuidarlo y jugar con Rogger.

coincidencias


Ayer descubrí dos extrañas coincidencias que ninguna fue planeada en lo más mínimo.

La primera es que mis tres perros tienen nombres en los que a la hora de escribirse se repite una consonante al igual que mi nombre:

Rinna: Kenneth, Emma y Maggie.


La segunda se refiere a que el nombre del perro que sigue empieza con la segunda letra del perro que lo antecede.


Kenneth es el primero, la segunda letra es "e" y Emma es la que le sigue, la segunda letra de Emma es "m" y vino Maggie.


¡¡Que tal!!

Mi ego


Sé que se puede escuchar muy mamón lo que voy a contar, pero es la verdad. Llevo ya muchos años saliendo en los medios y siempre he cuidado que no se me suban los humos, lo cual no es fácil, no por salir en la T.V. sino por lo que hacen los fans.
Me han invitado a dar pláticas de sexualidad en diferentes lugares tanto en México como en el extranjero, con distintas audiencias que esperan ansiosas que llegue yo para escucharme, tomarse una foto o recibir un autógrafo, inclusive me han perseguido reporteros. Cuando te acostumbras que auditorios completos se te vienen encima para recibir algo de ti, se da una combinación de sentimientos agobiantes y halagantes. La cuestión es que hace año y medio se acabó el programa de T.V. después de 5 años y aunque sigo saliendo en medios no es lo mismo.

Hace mes y medio o dos meses, ya no me acuerdo, me llamaron para hacer una obra scketch sobre sexualidad con Mauricio Castillo que ha estado muchos más años en medios que yo, especialmente en el programa "otro rollo". El hombre resulto un hermoso, me la pasé increíble con él, me dio mi lugar y compartimos juntos el escenario. Aprendizaje: Yo nunca había compartido escenario con nadie y menos en una situación donde sea él otro, en este caso Mauricio, quien tenga un papel más central que yo, sea más conocido y afamado que yo, "su majestad la princesa" y aunque se escuche mamón me di cuenta que sí se me había subido más de lo que yo acepté, tal vez no en el trato con la gente, pero si en el ego, y soltarlo para vivir esta experiencia donde no fui el unico centro de atención me fue de crecimiento.